Con economías en fase de crecimiento lento o negativo y con demandas sociales en gran aumento, los grandes retos económicos, sociales y ambientales requieren, hoy más que nunca, innovación social. Si bien existe un consenso entre administraciones públicas, sociedad civil y sector privado en la necesidad de innovar para resolver los complejos problemas a los que nos enfrentamos, los obstáculos a la innovación social persisten y muy a menudo la hacen inviable.
Con esta premisa, UpSocial invitó el miércoles 9 de noviembre a Carles Campuzano, candidato de Convergència i Unió (CIU) a las próximas elecciones generales del 20N, a debatir medidas para promover la innovación social durante la próxima legislatura.
Carles Campuzano inició el debate afirmando que “estamos obligados a repensarnos, el reto es que nuestros hijos vivan diferente y por lo tanto el discurso de la innovación social es parte de este nuevo replanteamiento” y presentó algunas de las propuestas de CiU para el apoyo al emprendimiento y a la acción social para las próximas elecciones del 20N:
- Bonificaciones en las cotizaciones sociales y exenciones fiscales por los emprendedores en los dos primeros años.
- Bonificaciones para inversores de proximidad (Business Angels) como sistema para financiar la inversión necesaria para poner en marcha o expandir empresas.
- Creación de Fondo de Inversión en starts-up y empresas de nueva creación.
- Promoción de la inclusión en asignaturas para promocionar el autoocupación y la creación de empresas en los programas educativos.
- Reforma de la ley de mecenazgo para conseguir que los primeros 150 euros dados a una fundación o asociación beneficiaria de la ley, sean un 100% deducibles del IRPF, incrementar las deducciones de las personas físicas del 25% al 65% y de las personas jurídicas del 35% al 55%.
Narcís Vives, de Fundació Itinerarium y emprendedor social de Ashoka, sugirió que el enfoque en la educación para promover el emprendimiento no tiene que basarse en un proceso de transmisión sino en la práctica, al incentivar a los alumnos a emprender ya en la escuela, a hacerlo y no simplemente escucharlo. Hizo hincapié sobre innovaciones que se promueven desde Cataluña como por ejemplo el aprendizaje-servicio.
Jean Claude Rodríguez-Ferrera, de Comunitats Auto-Finançades y también emprendedor social de Ashoka, sugirió, junto con otros participantes, que la clave para encontrar soluciones en los retos podría ser la “importación” de innovaciones probadas de otros países y que se podrían replicar aquí. En este sentido, apuntó que muchas soluciones de urgencia que se plantean actualmente son, a la larga, contraproducentes. Ilustró el punto con la propuesta de reformar el sistema de prisiones en Cataluña, que se tendría que orientar a convertirlas en espacios de terapia y reeducación centradas en la reinserción, en lugar de hacer más prisiones.
Maravillas Rojo, responsable del programa de emprendeduría social de la Generalitat de Cataluña, sugirió dedicar un porcentaje de la inversión de los planes de pensiones a inversiones de impacto social para hacer una redistribución más solidaria del ahorro.
Carmen Salcedo, de Fundació Itinerarium, propuso democratizar la innovación social, haciendo llegar el mensaje a las escuelas, las universidades y a otros espacios donde la gente pueda descubrir alternativas que funcionan para hacer frente a las problemáticas sociales.
Otras intervenciones trataron sobre agilizar los procesos legislativos y gestiones burocráticas de la administración, las evaluaciones de las políticas públicas, o la necesidad de aumentar el énfasis en investigación-acción en temas sociales.
Finalmente, Miquel de Paladella, d’1x1 Microcredit, resumió a los partidos políticos las propuestas hechas por un grupo de emprendedores y de impulsores de la innovación social, enfatizando que:
- Los fondos de I+D en España tienen que ser accesibles a iniciativas de I+D social probando sobre todo de importar o replicar soluciones exitoses de otros países.
- Los incentivos fiscales propuestos para inversores no serán suficientes para atraerlos hacia proyectos de innovación social, puesto que estos proponen rentabilidades demasiado bajas para ser atractivas. Se requiere unas bonificaciones fiscales más potentes para acercar la demanda de financiación por impacto social a la oferta.
- Existen innovaciones en el marco legal de las empresas sociales en el Reino Unido, en California y en Francia que valdría la pena estudiar y probar de replicar para tener una figura legal más adecuada.
- La compra pública tendría que incorporar criterios y cláusulas que valoraran tanto el valor económico de las propuestas competitivas y los costes, como también el valor social generado.
Carles Campuzano propuso encontrarse de nuevo con algunos representantes del grupo después de las elecciones del 20N para trabajar más concretamente estos temas.